sábado, octubre 18, 2008

*°*°La GeNtE°*°*

Hoy por la calle miré las caras de la gente. Es interesante darse cuenta que cuando dentro de la multitud conocemos a alguien, podemos distinguirle. Mientras observaba pasar rosro tras rostro pensé qué sería de mí al sumirme en la multitud. Este pensamiento me llevó a creer que sería sólo un ente más recorriendo las calles de una ciudad. No sobresaldría a menos que vistiera de una forma extravagante. Así que decidí ser una más. Comencé mi camino hacia ninguna parte en mi imaginación. ¿Qué podría hacerme cambiar de dirección? Pensé que quizás sería algún olor desagradable proviniente de un lugar, o quizás una persona que me inspirara miedo. Así pues, creí que todo podría predecirse sin problema alguno. Mas cuando me sumé a la ola de gente, me percaté de que no todo puede ser como lo planeado. En mi recorrido no encontré persona alguna a quien podría temerle. Ni olores poco deseados llegaron a mí. Mientras todo sucedía, a mi mente llegó otro pensamiento: en la calle cada uno es anónimo hasta cierto punto. Aclararo, hasta ser reconocidos.

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