Hace un par de semanas comencé a recordar cuáles eran mis ideales con respecto al amor y me pareció interesante la evolución que han sufrido éstas. Durante muchos años creí que el amor podía ser para siempre, pero me entristecía saber que hasta ese momento no había encontrado a mi príncipe azul. Con los años, mis ideas fueron cambiando y llegué a creer que el amor era u simple invento de los románticos y que no valía la pena entregarse. Después de muchas y continuas decepciones decidí dejar a un lado el deseo de enamorarme de luego y, por supuesto, de amar. Como dicen en las canciones: cuando menos lo esperé, Memo llegó a mi vida. Antes de que yo pudiera negarme, tomó mi corazón entre sus manos diciendo: lo cuidaré, no te apures. De una Laus que prefería no pensar en amor y sentir que jamás lo sentiría, puedo decir que ahora soy todo lo contrario. Me atrevo a decir que soy la mujer más feliz del mundo y que mi novio es parte de mi familia. Me hace sonreír de forma permante: esto es real!
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