domingo, junio 15, 2014

Reflexión 2014 (Día del Padre)

Con esto del Día del Padre tengo mi mente hecha una algarabía de recuerdos y sueños de lo que fue, es y ya no será; de lo que debió haber sido, pero que jamás será; de lo que pudo haber sido y de lo que debería ser. ¡Vaya complicación y manejo de los verbos! [ba dum tssss]

Tengo ganas de llorar, pero al mismo tiempo sonrío; quiero berrear y, en cambio, me echo a reír. Quizás traigo "la buena onda" con todo lo que da... quizás es porque estoy lejos de todo [ y de todos]; quizás estoy más cerca de ser lo que siempre quise y dejar atrás conclusiones sin fundamento que me inculcaron.

Quizás he perdido mis miedos y tengo ganas de seguir viviendo sin mirar atrás. Quizás quiero vivir el aquí y el ahora y así dejar en el pasado todos esos momentos en que los sentimientos me congestionaban los ojos de lágrimas y me indigestaban el corazón con dolor. [Es el primer Día del Padre que no me echo a llorar lamentando mi existencia, la verdad]

No quiero olvidar de dónde vengo, ni la razón de mi existencia; con esto, creo que todos deberían tener una "segunda oportunidad" en un sentido que les permita "recomenzar, renacer y rehacer". Esto es una invitación para todos aquellos que han vivido algo similar a lo que yo pasé [o algo muy diferente] y que nos une en un deseo constante por resarcir el daño del pasado sin llegar a ningún sitio, quedando vacíos por dentro, hinchados del llanto y hartos del dolor [¿soy la única dramática?].

Con esto del Día del Padre sé que mi familia no es como en los cuentos y mucho menos es perfecta; sin embargo, mis padres están en un sitio mejor: cada uno en su lugar, cada uno con su paz, cada uno en un nuevo entorno que los hace sonreír [esto ya es desde hace años, aclaro]. Ahora es tiempo para mí y ya encontré mi lugar, aunque todavía no sé cuál será el camino a seguir, quiero disfrutar el hoy y concentrarme en mi evolución.

Creo que mi viaje ha sido clave en esta introspección [no sólo vine a estudiar, por suerte]; afortunadamente, he comprendido que la felicidad llega por sí sola, pero hay que darle cabida y aceptar que si el cielo fue gris por un largo tiempo, hoy puede ser soleado. He comprendido que en los peores momentos, los amigos pueden tenderte la mano y ayudarte a salir adelante; y que no necesito tanto varo para divertirme de lo lindo [claro está que es esencial para sobrevivir... y más con la inflación].

Terminando mi lío de pensamientos, Feliz Día del Padre a todos aquellos que ya tuvieron la fortuna de ser papás de forma natural, adoptiva, forzada y/o postiza. Felicidades a todos los que han fungido cualquiera de los papeles antes mencionados, son muy especiales para mí; los quiero a todos por igual por todas las enseñanzas y momentos lindos/tristes/fuertes/bonitos que hemos vivido juntos.

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