Quizás se han preguntado quién es al que tanto y tanto menciono. Su nombre es Alex. Lo conocí el verano pasado (2007) en un curso de verano. Yo no quería tener contacto con él, pero me mandó su e-mail, para que le agregase. Lo hice, y así comenzó, formalmente hablando, esta historia.
Al principio sólo nos hablamos por e-mail, pero pronto se convirtió en un hábito verle en el MSN para chatear. Como toda relación, no teníamos mucha confianza; sin embargo, comenzamos a tener una muy buena comunicación.
Así, pasando los meses, compartimos imágenes en la webcam. Yo le mandaba "mensajes" por ahí, el me mostraba "orgulloso" sus malas notas en física y mate. No tardamos en tener videollamadas, las cuales siempre fueron geniales, ya que, nos contábamos chistes, reíamos y disfrutábamos de lo lindo.
Durante los próximos meses no perdíamos momento para estar platicando, sin importar la hora o las inconveniencias que esto trajera. Pero para nuestra (será sólo mía) desgracia, llegó el verano. En este periodo yo cambié mucho, no sé qué me pasó (ni qué me está pasando ¡ja!), pero todo empezó a cambiar. Las conversaciones seguían igual de sensacionales, con la misma frecuencia y todo, todo similar; pero él me notó más agresiva en mi forma de responder a sus preguntas.
Por ahí de septiembre, se marchó a la universidad, donde no hay MSN. Nos comunicamos sólo por e-mail durante poco más de un mes. Justo la semana pasada, lo vi conectado y me saludó él primero antes de que pudiera yo reaccionar ante tal emoción. La bronca era que sólo tenía una semana de vacaciones, así que platicamos solamente tres veces. Se regresó a la universidad y me prometió que para diciembre (en vacaciones, de nuevo) se volvería a conectar.
Esto me da un poco de esperanza de que aún hay, aunque sea, amistad. Lo que me alegra es que después de un año y cacho todavía seguimos entusiastas en hablarnos y nos emociona vernos. En alguno que otro e-mail, me pide fotos de cuando salgo con mis amigas y él también me manda las suyas.
Esa es la historia... creí que considerándola de amor las cosas serían más fáciles, pero es mejor creer que es mi mejor amigo y confidente. Probablemente se acerque más a la realidad y podamos ser "algo más" en un futuro, a pensar únicamente en ser su "novia" o algo que se le parezca y complicar muchísimo las cosas.
¿Lo más genial de todo esto? Que me ha dicho que me quiere... y el sabe que yo también.
Al principio sólo nos hablamos por e-mail, pero pronto se convirtió en un hábito verle en el MSN para chatear. Como toda relación, no teníamos mucha confianza; sin embargo, comenzamos a tener una muy buena comunicación.
Así, pasando los meses, compartimos imágenes en la webcam. Yo le mandaba "mensajes" por ahí, el me mostraba "orgulloso" sus malas notas en física y mate. No tardamos en tener videollamadas, las cuales siempre fueron geniales, ya que, nos contábamos chistes, reíamos y disfrutábamos de lo lindo.
Durante los próximos meses no perdíamos momento para estar platicando, sin importar la hora o las inconveniencias que esto trajera. Pero para nuestra (será sólo mía) desgracia, llegó el verano. En este periodo yo cambié mucho, no sé qué me pasó (ni qué me está pasando ¡ja!), pero todo empezó a cambiar. Las conversaciones seguían igual de sensacionales, con la misma frecuencia y todo, todo similar; pero él me notó más agresiva en mi forma de responder a sus preguntas.
Por ahí de septiembre, se marchó a la universidad, donde no hay MSN. Nos comunicamos sólo por e-mail durante poco más de un mes. Justo la semana pasada, lo vi conectado y me saludó él primero antes de que pudiera yo reaccionar ante tal emoción. La bronca era que sólo tenía una semana de vacaciones, así que platicamos solamente tres veces. Se regresó a la universidad y me prometió que para diciembre (en vacaciones, de nuevo) se volvería a conectar.
Esto me da un poco de esperanza de que aún hay, aunque sea, amistad. Lo que me alegra es que después de un año y cacho todavía seguimos entusiastas en hablarnos y nos emociona vernos. En alguno que otro e-mail, me pide fotos de cuando salgo con mis amigas y él también me manda las suyas.
Esa es la historia... creí que considerándola de amor las cosas serían más fáciles, pero es mejor creer que es mi mejor amigo y confidente. Probablemente se acerque más a la realidad y podamos ser "algo más" en un futuro, a pensar únicamente en ser su "novia" o algo que se le parezca y complicar muchísimo las cosas.
¿Lo más genial de todo esto? Que me ha dicho que me quiere... y el sabe que yo también.
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