La esperanza de verte aumenta minuto a minuto. Tengo la ilusión que llamarás a la puerta una tarde para decirme: ¡Hola! Ya estoy aquí.
Ese momento iluminaría mi rostro y lo primero que haría sería lanzarme a tus brazos.
En algún momento me dijeron: "paciencia para las cosas dulces" y lo intento, aunque he de confesar que mi mente viaja hasta donde estás.
Quiero verte.
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